Este verano en Móstoles ha tenido dos palabras clave: crisis y baile. Aparentemente, la crisis se ha reconducido, pero el baile puede llegar a mayo.
¿Quién amanecerá bailando el 27 de mayo?
Todos los veranos tienen su canción. Desde las Ketchup y su Aserejé o King África con su Bomba, no hay año que no tengamos marcado por el tema. No puedes escaparte de él: no es que suene en las discotecas y en los chiringuitos -lo que es perfectamente normal-, es que invade tu coche, tu casa, tu peluquería, donde quiera que estés, ahí va contigo. Tus amigos hablan de él, bien o mal, pero todo el mundo lo canturrea. Está claro que, en Móstoles, la canción del verano ha sido Amanecer Bailando. Y al igual que otras canciones del verano acabaron con la cordura de muchas personas, este festival ha estado a punto de acabar con el gobierno municipal.
Los comunicados enfrentados, entrevistas, declaraciones y las intervenciones en uno de los plenos más tensos que se recuerdan en el Ayuntamiento de Móstoles se han venido sucediendo desde principios de junio, aunque el festival llevase anunciado -y vendiendo abonos- desde unos meses antes. Porque conocimos, a través de un tweet del concejal de Medio Ambiente, Miguel Ángel Ortega, de Ganar Móstoles, que en el Parque del Soto se iba a amanecer bailando sin la aprobación y el conocimiento del concejal delegado de Medio Ambiente, Parques, Jardines y Limpieza Viaria, Miguel Ángel Ortega, de Ganar Móstoles, y, por extensión, del resto del gobierno municipal.
La oposición de los vecinos fue tan alta y clara como la de los socios de gobierno de la alcaldesa, Noelia Posse, que decidió convertirse en la mayor defensora de un festival cuyos responsables apenas han dado la cara -y si lo han hecho, ha sido a través de empleados o representantes, nunca los promotores-. “Es por los jóvenes”, decía, mientras los vecinos pensaban que a lo mejor sus hijas e hijos que vivían en sus casas debían de ser señores de Murcia.
Tras un tira y afloja de meses, en los que Ganar Móstoles propuso una alternativa al Parque del Soto -Móstoles Tecnológico- y en la que los vecinos demostraron la fuerza que tiene el tejido social mostoleño, la Alcaldesa/Relaciones Públicas del festival accedió a moverlo, pero para meterlo más dentro de la ciudad vía decretazo: el Parque Prado Ovejero, con viviendas a escasos veinte metros, se convirtió en el escenario de una rave de 20.000 personas y cuatro escenarios. Las imágenes del destrozo ocasionado en el parque y alrededores, así como los testimonios de la gente son mucho más elocuentes de lo que podamos describir aquí: fue una pesadilla para vecinas y vecinos de varios barrios de la ciudad.
La resaca
Más de doce horas de trap, techno, cristal -no sólo el de las litronas-, cigarros y alcohol dejan su huella. Veinte mil personas amanecieron bailando en la ciudad, pero muchas más lo hicieron incendiadas, sin haber podido pegar ojo toda la noche. Y la resaca política no fue mucho más llevadera: desde la puerta del parque, el portavoz de Ganar Móstoles, Gabriel Ortega, afirmaba que “habría consecuencias”, que se concretaron unos días después en la petición de dimisión de Noelia Posse, reclamo que
también hizo por su lado el Partido Popular local. El comunicado de la formación verde-morada fue muy claro en sus términos:
La celebración del festival Amanecer Bailando en el parque Prado Ovejero, impuesta autoritariamente por decreto de Alcaldía, en contra de la opinión de todas las fuerzas políticas y del tejido asociativo de la ciudad, mediante un expediente altamente irregular y con un impacto en múltiples planos que desborda las peores previsiones, ha roto los acuerdos que permitieron la investidura como alcaldesa de Noelia Posse en febrero de 2018. Gabriel Ortega, portavoz de Ganar Móstoles, Segundo Teniente de Alcalde y concejal delegado de Cultura, Bienestar Social y Vivienda, declara que “todo ello ha dinamitado la confianza que ha hecho posible el funcionamiento del gobierno progresista en nuestra ciudad”.
La alcaldesa, por su parte, en una entrevista previa a las fiestas en el tramo local del Hoy por Hoy de la Cadena SER, se defendió diciendo que “pediría perdón personalmente a los vecinos y vecinas afectados” pero que esto era una pataleta de “los de Podemos”, que ahora le había tocado sufrir a ella, como antes le tocó a Pedro Sánchez o a Susana Díaz. Las noticias que ocuparon páginas -online y en papel- en medios de comunicación nacionales como El País, El Mundo o eldiario.es no llegaron a la mesa de Alcaldía, como suponemos que tampoco llegó la cobertura de Voces del Sur. Sí llegarían, imaginamos, las ediciones de la prensa local que obviaron uno de los mayores problemas que han sufrido los vecinos de la ciudad: no cabría entre tanta página de publicidad institucional.
Prado Ovejero se convirtió en el escenario de una rave de 20.000 personas y cuatro escenarios
Así, la alcaldesa respondió a esta exigencia de responsabilidades por la decisión unilateral de mantener el festival diciendo que “ella no había recibido ninguna carta de dimisión de ningún concejal de Ganar Móstoles”, mientras en su partido intentaban desviar la atención a una supuesta mano negra electoral. Este es un fragmento del comunicado enviado por el PSOE de Móstoles -las mayúsculas y erratas son propias del comunicado-:
(…)En cualquier caso, probado queda que el problema ante la celebración de este u otros eventos culturales en Móstoles no es medioambiental, sino político.
Por ello, desde el PSOE de Móstoles, pedimos nuevamente al equipo de gobierno, que no cesen en la voluntad de traer a nuestra ciudad este y otros festivales, conciertos y espectáculos, que generen espacios de ocio, cultura y diversión para los vecinos y vecinas de nuestra ciudad. Especialmente, un ocio para ser disfrutado por los y las jóvenes mostoleños.
Es cierto que cualquier tipo de evento, concierto o actividad que se organiza en una ciudad, Genera algún tipo de molestias a los vecinos y las vecinas del entorno, que siempre quedan compensadas con el aporte cultural, social y de ocio a la ciudad.
Queremos que nuestra ciudad sea conocida en toda la región, por tener arte, cultura, festivales, y espectáculos de este tipo o de cualquier otro. Una ciudad con ocio y cultura promovidos por nuestro Ayuntamiento.
No viene recogida en el comunicado la explicación de por qué la recompensa de tener a un DJ pinchando hardstyle a las nueve de la mañana que no te deja pegar ojo sea precisamente tener a un DJ pinchando hardstyle a las nueve de la mañana. O cómo el aporte de ocio de montar una rave en el aparcamiento de la plaza de toros haga crecer de nuevo las praderas del parque o ayude a limpiar los restos del botellón en el Parque de Andalucía.
Según el PPSOE Móstoles «… Las molestias generadas a los vecinos y el entorno, siempre quedan compensadas con el aporte cultural, social y de ocio
a la ciudad.»
El PP a la vuelta de la esquina
“A río revuelto, ganancia de pescadores”, pensaría Mirina Cortés cuando se sumaba a la petición de dimisión de la Alcaldesa. Porque ante la falta de consenso, los 12 concejales populares, que no suman mayoría en la Corporación, habrían bastado para poner de Alcaldesa a la que fuera concejala de Cultura de Parro y Ortiz.
Precisamente Parro era noticia estos mismos días de comunicados cruzados, pero no por su posición con respecto al parque o a la fiesta, no. Su nombre se sumó al de Ortiz como imputado por la trama Púnica, haciendo que la totalidad de los alcaldes populares de la ciudad estén imputados. Pleno.
En este contexto, es comprensible que las dos fuerzas que han llevado a la ciudad a multiplicar el gasto social, las viviendas disponibles para servicios sociales, a intervenir para paralizar o negociar en condiciones ventajosas más del 90% de los desahucios de la ciudad o que han llevado a la justicia -con informes y auditorías externas- los casos del tren Móstoles-Navalcarnero y del pabellón Andrés Torrejón, se pusieran de acuerdo para enterrar el hacha de guerra y seguir mirando por la ciudad.
Así, el 25 de septiembre la alcaldesa y el segundo teniente de alcaldesa, protagonistas del verano, comparecieron ante los medios con una solución: comprar una parcela en las afueras de la ciudad y acondicionarla para realizar macroeventos de este tipo sin que supongan un daño para el patrimonio de la ciudad ni para el descanso y bienestar de las vecinas y vecinos, así como para impulsar una normativa municipal que proteja los pulmones verdes de Móstoles.
Aún es pronto para saber cómo aguantará la canción del verano la primavera, y si este hit provocará que se mueva un escenario electoral que contará en mayo con un intérprete más, Ciudadanos, los grandes desaparecidos del festival: ¿qué posición han mantenido? ¿A favor? ¿En contra? ¿Ni una ni la otra? Siguiendo con la metáfora musical, se los puede imaginar como el típico tío raro acodado en la barra, que mientras todo el mundo baila el Aserejé, está esperando a ver quién se cansa primero para ir a atacar, copa en ristre.
La realidad es que, pese a todo el desgaste y los vaivenes, la crisis parece estar superada, el gobierno sigue funcionando, los jueces siguen imputando a alcaldes del PP y los vecinos ahora cuentan con más garantías que protejan sus derechos y su bienestar. Al final, como con todas las canciones del verano, acaban pasando para quedarse como un tarareo lejano.Veremos si en mayo seguimos bailando.