Cuando pensamos en personas ilustres, personas que han cambiado la historia de la humanidad o que simplemente han pasado a los libros de historia y al ideario colectivo, la mayor parte de esas personas son hombres, Julio César, Charles Darwin, Albert Einstein, Isaac Newton o Leonardo Da Vinci son solo algunos ejemplos.
No obstante, la pregunta que nos hacemos es, dónde están las mujeres, es que ellas no han hecho nada por lo que merezcan ser recordadas.
La respuesta es que sí, que existen infinidad de mujeres que han realizado numerosas contribuciones a la humanidad pero que o bien han sido silenciadas, han sido denigradas, se la ha robado su trabajo o simplemente han sido olvidadas por el simple hecho de ser mujeres.
Con el fin de contribuir a dar visibilidad a todas aquellas mujeres que han sido olvidadas u ocultadas por la historia, vamos a contar brevemente la vida de Sheila Minor, Emmy Noether y de Camille Claudel, y cómo el hecho de ser mujeres las supuso un freno a sus carreras profesionales y a sus vidas.
1. Sheila Minor
Fuente: https://mujeresconciencia.com/2020/11/05/sheila-minor-1946-la-biologa-que-revoluciono-twitter/
Sheila Minor es una científica, bióloga y técnica médica, nacida en Washington en 1946. Desde pequeña mostró un claro interés en la ciencia lo que la llevó a estudiar en el área de la tecnología médica donde vivió de primera mano el racismo social con una paciente.
Minor cambió su especialidad y se pasó al estudio de la biología. Una vez licenciada, trabajó como técnico de investigación biológica en el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EEUU.
En 1971 participó como poniente en la Conferencia sobre la Biología de las Ballenas donde se sacó la famosa fotografía en la que ella era la única mujer. Esta fotografía destaca porque Minor aparecía prácticamente oculta y relegada a un segundo o tercer plano.
A mediados de los años 70, Minor fue nombrada miembro del Consejo de mujeres del Smithsonian y de la Sociedad Estadounidense de Mamiferólogos.
2. Emmy Noether
Fuente: https://www.mujeresenlahistoria.com/2014/05/la-matematica-emmy-noether-1882-1935.html
Emmy Noether es considera la madre del algebra moderna gracias a sus teorías sobre anillos y cuerpos, siendo fundamental su trabajo para el desarrollo de la teoría de la relatividad, así como para entender muchas de las teorías físicas.
Noether fue considerada por Einstein y David Hilbert como la mujer más importante de la historia de las matemáticas.
Nacida en 1882 e hija del matemático Max Noether fue aceptada en la universidad exclusivamente como oyente siempre y cuando los profesores la aceptaran debido a su condición de mujer.
En 1904 fue aceptada como alumna en la Universidad de Erlangen, donde tres años después obtuvo el doctorado suma cum lauden con un trabajo sobre invariantes.
Debido a su condición de mujer tuvo que ejercer como profesora no remunerada en dicha universidad dado que esta no aceptaba a mujeres dentro del cuerpo facultativo.
Entre sus aportaciones destacamos el Teorema de Noether considerado como uno de los teoremas más importantes tanto en el ámbito físico como matemático, así como el desarrollo de entorno a 45 trabajos de investigación.
3. Camille Claudel
Fuente: http://apesteonirica.blogspot.com/2010/09/camille-claudel.html
La historia de Camille Claudel es un claro ejemplo de cómo por su condición de mujer fue denigrada y llevada hasta la muerte.
Camille nació en Francia en 1864 en el seno de una familia acomodada. Pronto mostró una fuerte vocación hacia el mundo de las artes lo cual la llevó a tener que abandonar el hogar familiar debido al rechazo de su madre.
En 1884 Camille comenzó a trabajar en el taller de Rodin, convirtiéndose en amante de este. Debido a la calidad de las obras de Camile y a su condición de mujer, estas fueron atribuidas a Rodin.
En 1988, Camille finalizó su relación tormentosa con Rodin lo que la llevó a una época de gran creación artística. Destaca una de sus más famosas esculturas “ la edad madura”. Camille acusó a Rodin de tener miedo de ser superado por ella.
Su separación de Rodin, el aborto al que este la obligó a someterse y la muerte en 1913 de su padre la llevaron a una época oscura que culminó con su ingreso en un sanatorio a manos de su madre bajo el diagnóstico de manía persecutoria y aires de grandeza.
Treinta años después de su encierro, Camille murió en soledad y bajo el olvido social, siendo esta la única forma de escapar de la cárcel en la que la habían obligado a vivir.
Paradójicamente, una gran parte de sus esculturas se exponen en el Museo Rodin.