Madrid enfrenta la polución del aire

Madrid hace frente a los altos índices de contaminación con una nueva Ordenanza de Movilidad Sostenible, en sintonía con el último informe de la ONU, para frenar el cambio climático. Esta nueva norma que ha comenzado a aplicarse desde el pasado lunes 8 de octubre tiene como objetivo disminuir la polución ambiental derivada de dióxido de carbono emitido por los tubos de escape de los coches.

Entre las distintas novedades que incluye esta nueva normativa se encuentra la limitación a 30 km/h en las calles de un carril o de un sólo carril por sentido, y a 20 kilómetros por hora aquellos que acera y calzada tengan la misma altura, medida que permitirá hacerlas más seguras reduciendo los atropellos mortales e incentivando el uso de las bicicletas y de los patinetes eléctricos, los cuales a partir de ahora podrán circular por la calzada pero no por la acera.

Las bicicletas podrán girar a la derecha en los semáforos en rojo, siempre y cuando así quede expresamente señalizado. De igual modo, en las calles residenciales, aquellas con limitación de 20 kilómetros por hora, podrán circular en sentido contrario y por las ciclocalles. Los patines, patinetes sin motor, monopatines podrán circular por la acera a una velocidad adaptada al paso de los peatones y por los carriles bici, acera-bici y ciclocalles.

No obstante, es una normativa que no afecta únicamente a la circulación rodada. Los peatones tendrán a partir de ahora más espacio para caminar al restringirse el aparcamiento de motos, estas podrán estacionarse en aceras de más de 3 metros de ancho y se prohíbe hacerlo cerca de los pasos de peatones.

 

 

El próximo 23 de noviembre empieza a funcionar el “Área de Tráfico Restringido”, por la cual los vehículos más contaminantes, aquellos que no tengan etiqueta ambiental al ser gasolina matriculados antes del 2000 o diesel antes del 2006 no podrán acceder al centro de la capital, salvo que se dirijan a un parking público o sean residentes. Esta medida irá restringiéndose progresivamente a lo largo del tiempo y en función de los distintos escenarios de contaminación atmosférica. No obstante los vehículos de reparto de mercancías y los de servicios públicos están parcialmente exentos de estas medidas.

«Hay que llevar a cabo una cultura del cambio, no un cambio de cultura; pensar que lo público es igual a equidad social y recordar que la ciudad se puede vivir de muchas otras formas»

De este modo Madrid trata de ponerse a la altura de ciudades como Londres, Berlín o París, ciudad que ya ha restringido el tráfico en episodios de picos de contaminación.

Según Isabel Dedring, exteniente de alcalde de transporte de Londres durante 5 años, y firme defensora de las alternativas de transporte público “hace muy poco tiempo los londinenses eran muy reacios a utilizar la bicicleta para desplazarse por la ciudad, pero cuando se le han dado carriles bici seguros y atractivos esta mentalidad ha empezado a cambiar”.

Sin embargo, Madrid ha elegido un fórmula algo distinta a la londinense, quien implantó un peaje de tráfico a los coches más contaminantes, está medida, sin embargo, permitiría el acceso a los vehículos más contaminantes a cambio del pago de una tasa. Por el contrario, Madrid ha elegido una fórmula que evita directamente la entrada de vehículos altamente contaminantes en la ciudad y favorece las formas de transporte más sostenibles y populares, según Álvaro Fernández, gerente de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Madrid. «Hay que llevar a cabo una cultura del cambio, no un cambio de cultura; pensar que lo público es igual a equidad social y recordar que la ciudad se puede vivir de muchas otras formas», recordando que el mayor porcentaje de movilidad en la ciudad se hace a pie o en transporte público, siendo estos además las modalidades más comunes entre los menores, los ancianos y las mujeres.