Bienvenidos seáis a elecciones por el mundo en su versión flashback. En este espacio le traeremos al lector o lectora, en cada número, un proceso electoral que cuente con características de especial interés politológico en cualquier lugar del mundo y en cualquier época de la historia. En esta entrada inaugural hemos querido viajar, a través del análisis, a las elecciones parlamentarias de Bulgaria en el año 2001.
Los motivos que nos atraen a realizar un análisis de este singular país del este de Europa están vinculados a varios factores contextuales que permitieron, a uno de los candidatos en liza, basar su victoria en la construcción de un relato personal adherido a una retórica populista. Estas elecciones se realizaron en una sociedad postcomunista y tienen como protagonistas a un partido creado a meses del proceso electoral y liderado por un “ex niño-rey” exiliado por medio siglo, a las dos coaliciones imperantes tras la caída del anterior sistema y a una importante representación de las minorías.
1. Explicación de la situación partidista y social pre-legislativas 2001
En primer lugar, para entender la especificidad de este proceso electoral, debemos realizar un recorrido por la historia democrática reciente de Bulgaria. Este país, siguiendo el esquema clásico de Huntington, se encuadra en la tercera ola democratizadora que se vivió a partir de, aproximadamente, el año 1974 y que se vio potencialmente afectada por varios procesos interrelacionados como la incipiente globalización, la conocida como revolución neoliberal o la presión ejercida por los países democráticos de Occidente y que tiene como una de sus principales características la convocatoria de comicios, para crear sistemas democráticos, por parte de líderes autoritarios.
Para conocer la naturaleza de los partidos políticos, del sistema de partidos y del arraigo de la sociedad con ambos factores tenemos que observar detenidamente como llega este país a la transición democrática y como se ejerce el poder dentro del nuevo sistema en sus primeros años de vida. Antes del proceso de Transición del año 1991, Bulgaria pasó por un liderato de 35 años del comunista Jivkov, con un mandato claramente marcado por una fuerte alineación con las políticas y las instituciones de la Unión Soviética (Domínguez Avila, 2011, pág. 4).
Se dan tres elementos primordiales derivados de la influencia política soviética: en primer lugar, la adopción de las clásicas glasnot (apertura política) y perestroika (inclusión de ciertos mecanismos de mercado) impulsadas por Gorbachov bajo el pretexto de la reforma y la actualización del socialismo. En segundo lugar, reformas en el sistema electoral y la realización de elecciones a ciertos niveles. Y, en tercer lugar, la versión búlgara de la rusificación (conocida como bulgarización), que perseguía a las minorías. Se trata de los tres pilares fundamentales que explican el contexto del sistema donde van a operar las nuevas formaciones.
Sin entrar a valorar más cuestiones, entre los años 1989 y 1991, cae Jivkov y sucumbe el sistema comunista, por tanto, se lleva a cabo un proceso de renovación de elites que acaba derivando en el acogimiento de una democracia liberal y una económica de libre mercado. En este nuevo contexto, se dan tres hechos fundamentales que explican la configuración de partidos que dominan los primeros pasos de la democracia en el país (Domínguez Avila, 2011, pág. 438):
En primer lugar, la conformación de la Unión de Fuerzas Democráticas (en adelante, UFD). Se trata de una amalgama de fuerzas políticas opositoras al comunismo donde, las principales organizaciones, eran el Club por la Glasnot y la Perestroika, el Partido Socialista Democrático, el Partido Agrario Nikola Petkov y el Ecoglasnot. En cuanto a política exterior, defendían una ruptura total con Moscú y expresaron cierto interés en acercarse a Europa Occidental, además, se vieron financiados desde el extranjero por potencias como Estados Unidos, Francia y la R.F.A.
En segundo lugar, la realización, en 1990, del 14º Congreso del Partido Comunista Búlgaro. Importante por reafirmarse en las políticas de apertura, la adopción del socialismo democrático y su renombramiento como Partido Socialista Búlgaro (en adelante, PSB). En cuanto a política exterior, defendían seguir colaborando con Moscú y, también, defendían cierto acercamiento con Europa Occidental.
Y, en tercer lugar, la organización política de las minorías: dando el portazo final a las políticas de bulgarización y el reconocimiento legal del Movimiento por los Derechos y las Libertades (en adelante, MDL), representantes de las minorías turcas y gitanas. Posteriormente, este movimiento se convierte en una importante potencia electoral de representación que puede desequilibrar la balanza del poder, actuando de bisagra, entre los partidos que aspiren a gobernar.
Una vez definido el clima político de la Transición búlgara y los factores undamentales del origen de los tres principales partidos que pasan a dominar la arena política, se hace necesario analizar en su conjunto las legislaturas anteriores a los comicios a la Narodno Sabranie (o Asamblea Nacional) de 2001 que aquí nos atañen, para conocer como llevaban a cabo el ejercicio de poder y como eran las relaciones entre dichas formaciones principales. Por tanto, el periodo histórico que nos interesa va de 1991 a 2001 y se compone de dos fases diferenciadas (Karasimeonov, 2004, pp. 3-4):

El proceso de Transición y la primera etapa se encuentran totalmente dominadas por el PSB, sobre todo, hasta el año 1994. En dicho año empiezan a ser muy cuestionados por el proyecto de clientelismo político que estaban llevando a cabo, también, se iniciaron unas protestas masivas contra la situación social, siendo esta la primera crisis del nuevo régimen. Se trata del primer síntoma de la crisis de sistema que acaece a largo plazo aunque, en este momento, se queda en una crisis de partido. El clientelismo del PSB estaba basado en la manipulación de la renta nacional y la propiedad estatal en beneficio propio (Meseznikov, Gyárfásová, & Smilov, 2008, pág. 15). Estos hechos, finalmente, desgastan al PSB y acaban expulsados del poder en los comicios de 1997.

En tal año, 1997, da comienzo lo que hemos denominado segunda fase del primer sistema democrático búlgaro. Se encuentra dominado por la UFD y, en sus primeros cuatro años de ejercicio de poder, lo más importante es la conformación del primer clivaje social potente que causa conflicto en la sociedad, el ya clásico izquierda-derecha. La UFD cosechó una serie de grandes éxitos en procesos electorales a distintos niveles territoriales, por lo que empezaron a conformar un electorado reconocible y cohesionado.
Entre 1997 y 2001 tuvieron algunos logros reseñables como el inicio de las negociaciones iniciales de los procesos de adhesión a la OTAN y la Unión Europea y el atenuamiento de una situación de inflación desbocada (Roblizo, 2002/2003, pág. 164), estabilizando en cierta medida indicadores macroeconómicos básicos vinculados a elementos cotidianos de la vida de los búlgaros y las búlgaras. A pesar de esto, la UFD optó por llevar a cabo su propio proyecto clientelista (basado en la privatización) por lo que, posteriormente, acabó altamente cuestionado por corrupción política y tendencias autoritarias vinculadas a la cúpula del partido.
Estas nuevas élites en competencia abrazaron las políticas clientelistas y pasaron por un largo proceso de cohesión interna que, hasta entonces, estuvieron marcadas por estructuras de partido débiles y difusas, lo que se traducía en falta de mecanismos de democracia interna y en el fortalecimiento del poder de los líderes, además del aumento del autoritarismo de estos últimos. Estos factores, hechos y características del primer sistema democrático búlgaro propiciaron una crisis del sistema político que se tradujeron en síntomas definitivos, es decir, el electorado empezó a percibir a los partidos tradicionales como corruptos e inoperantes.
La desconfianza acabó calando hondo en la sociedad y el electorado comenzó a alejarse de la fuerza dominante en ese momento (UFD) y de un PSB que no supo reabsorber esas pérdidas, por lo que se creó un tercer bloque de votantes que no se sentían representados por las opciones actuales. Es así como se abre la ventana a la intromisión de una cuarta fuerza de nueva configuración que tiene como objetivo hacerse con ese electorado falto de representación.
2. Surgimiento del MNSII y creación de candidato.

Fuente: https://snl.no/Simeon_2
Como apuntábamos anteriormente, la creación de un tercer bloque de electores carentes de representación hacía de estas elecciones una ventana de oportunidad queesperaba ser aprovechada. Para comprender como Simeón de Bulgaria logra acaparar ese espacio hay que buscar los elementos vitales de su persona, es decir, como construye el relato alrededor de su personaje.
Desde el punto de vista del storytelling de un candidato, la vida personal de Simeón de Bulgaria, nos atrevemos a afirmar que se cuenta por sí misma. Acceso al trono con 6 años por la repentina muerte de su padre (el Zar Boris III) a la vuelta de una entrevista en la Alemania nazi y expulsión del país a los 9 años por los comunistas. Una larga vida en España le permitió convertirse en un observador externo de la vida política búlgara y, a la par, construir su imagen de persona sosegada, de porte aristocrático y hombre de negocios internacional, además, se dedicó a realizar una fuerte labor de relaciones públicas en su domicilio privado, invitando a personalidades a lo largo de los años para no perder el contacto interno con las élites búlgaras y casas reales europeas.
En 1996, su labor de observación deriva en acción gracias a lo favorable que parecía estar el clima político tanto para su vuelta como para la creación de una nueva fuerza política (Ortíz de Zárate, 2016, pág. 5). El 25 de mayo de dicho año y tras una negociación con el gobierno del PSB, obligado por la presión social vinculada a la mala situación económica, acabo retornando al país por primera vez en medio siglo.
Lo primero que hizo fue presentarse en la capital del país para llevar a cabo una gira privada que le llevaría a distintos lugares de Bulgaria con la intención de conocer de primera mano la realidad del país y calibrar, socialmente hablando, el acogimiento que podría tener su figura. Que su recibimiento fuera multitudinario nos indica el grado de descontento que había en la sociedad con las figuras políticas del momento. Una vez tomado el pulso a la población, y de vuelta en Madrid, se dedicó a aumentar su presencia en medios de comunicación a través de numerosas entrevistas de radio y apariciones en televisión.
En los siguientes años hasta la creación del Movimiento Nacional por Simeón II, (en adelante, MNSII) Simeón fortificó su figura e intentó preparar su proyecto político personal para ser rey constitucional pero, al no funcionar, se reubicó en la carrera para las presidenciales (recordemos, Bulgaria era, y es, una república parlamentaria), que tampoco funcionó por diferentes trabas constitucionales. Por un lado, su intención de ir a las presidenciales se debía al sistema de elección directa al cargo siendo este el mejor escenario para exprimir su imagen personal, por otro lado, acabar presentándose a las elecciones al parlamento no era, para nada, un mal camino, debido a que resultar elegido con una amplia diferencia podría otorgarle un poder real más amplio. Así llegamos a abril, a dos meses de las legislativas.
En dicho mes, y tras los acontecimientos antes nombrados, Simeón anunció la creación del Movimiento Nacional por Simeón II y definió su proyecto político, no como un partido tradicional, sino como una “alianza de individuos con valores y metas compartidos” (Ortíz de Zárate, 2016, págs. 6-7), dejando claras sus intenciones de crear una estructura política que pivotara fuera de las ideologías clásicas y las formaciones ya existentes. Para completar su irrupción en la arena política, presentó un programa electoral bajo la premisa de lograr importantes avances económicos que elevarían el nivel de vida de la población en un plazo de 800 días, además, declaró una lucha frontal a la corrupción política y administrativa que asolaba Bulgaria pretendiendo, en sus palabras, erradicarla. Como toque final, no se presentó como candidato oficial ni figuraba en las listas del movimiento, pretendiendo usar a su favor la ambigüedad a lo largo de la campaña de sí aceptaría el puesto de primer ministro por aclamación.
En la conjugación de los elementos contextuales, los hechos concurridos y la situación política y social, se detecta el uso de una estrategia populista. El concepto de populismo es dificultoso en cuanto a su definición, pero acudiendo a la academia podemos encontrar una definición básica que se cimenta sobre dos ejes principales: en primer lugar, la oposición fundamental entre el pueblo (virtuoso) y la élite (corrupta) y, en segundo lugar, el populismo se encuentra del lado del pueblo sin bagajes (Mudde, 2012, pág. 10). Viene a construir el típico relato del salvador (o el mesías) encarnado en el líder carismático de un pueblo hundido (por la mala situación económica) por culpa de unos dirigentes corruptos.
Gracias a sus movimientos y a los hechos acontecidos, Simeón de Bulgaria fue percibido como un agente externo (aunque originariamente búlgaro), con experiencia internacional, que venía a deponer a unos dirigentes tradicionales inoperantes, bajo el manto de un partido basado en su imagen, sin ningún otro miembro que le hiciera sombra. La jugada trataba de canalizar el descontento social en su persona para lograr darle la vuelta a la configuración tradicional del poder en Bulgaria. A continuación, pasaremos a analizar lo ocurrido tras el proceso de votación a través de los resultados generales de las elecciones.
3. Resultados de las legislativas 2001
La siguiente tabla nos muestra los datos de los principales partidos búlgaros a través del número y porcentaje de votos y del número y porcentaje de escaños. Posteriormente, analizaremos la distribución del voto a través de un mapa con los ganadores por distrito electoral.
Tabla 1. Resultados elecciones legislativas Bulgaria 2001

Viendo los resultados finales se observan cuatro factores principales y dos factores secundarios. En primer lugar, la amplia victoria del MNSII, que logra superar la encuesta más favorecedora y quedándose a un escaño de la mayoría absoluta. En segundo lugar, la drástica caída de la UFD que se tradujo en la pérdida de 86 escaños y la pérdida de la posibilidad de tener un electorado propio y reconocible. En tercer lugar, la incapacidad total del PSB de absorber la caída de su antagonista donde, además, se dejó 10 escaños por el camino. Y, en cuarto lugar, la consolidación y el leve crecimiento de los representantes de las minorías principales del país. Con respecto a los factores secundarios, cabe reseñar el aumento de la participación en 9 puntos con respecto a los comicios anteriores y el aumento de la presencia de mujeres en el parlamento. En el siguiente mapa se muestran los ganadores por distrito electoral:
Mapa 1. Ganadores por distrito electoral – elecciones legislativas Bulgaria 2001

Fuente: elaboración propia – datos y mapa de: electoralgeography.com
Antes de llegar a las tres lecciones principales que se desprenden de este mapa, hay que recordar tres factores fundamentales, en primer lugar, la UFD era el partido en el anterior gobierno con mayoría absoluta , en segundo lugar, el PSB (liderando la coalición por Bulgaria) estaba esperando beneficiarse del movimiento pendular del bipartidismo clásico con la intención de recoger las pérdidas de su gran rival y, en tercer lugar, el MNSII no existía ni sus miembros habían participado antes en unas elecciones.
Teniendo lo anterior en cuenta, las tres lecciones de los que hablábamos son, primero, la adhesión de la población al discurso del MNSII por encima de los partidos tradicionales otorgándole la victoria en numerosas plazas dominadas históricamente por el resto de formaciones y el acaparamiento de ese tercer bloque de electores sin representación, segundo, la incapacidad de la UFD de sobreponerse al cuestionamiento previo y la imposibilidad del PSB de captar esas pérdidas y, tercero, la gran disciplina de voto de las minorías fortaleciendo al MDL y mejorando sus resultados y, por tanto, su representatividad. Finalmente, los parlamentarios del MNSII con el apoyo de los representantes del MDL nombraron a Simeón como primer ministro de Bulgaria, logrando así su objetivo y cerrando el círculo, aceptando el puesto por que se lo pedían los compañeros (ya saben, la aclamación).
4. Conclusión
A lo largo del análisis hemos podido ir desgranando paso a paso como se llevó a cabo y como fue posible la victoria de Simeón II en las elecciones a la Narodno Sabranie de 2001 y su acceso al puesto de primer ministro. Los factores históricos nos explican el desarrollo de la situación política y democrática desde su origen en la Transición hasta su configuración antes de 2001, donde se observa como se llega a una situación social donde un discurso puede beneficiarse de una coyuntura social, en este caso económica y de falta de representación. Los hechos políticos nos dicen que la configuración del sistema de partidos sigue un desarrollo bipartidista que deriva en un anquilosamiento de las opciones dominantes y su inoperancia para reaccionar, lo que abre la puerta a que una formación nueva entre ofreciendo soluciones distintas y se presenten como los creadores de un nuevo futuro que será inmediato.
Y, desde el punto de vista de la creación del candidato y la construcción del relato, nos señala el trabajo llevado a cabo por Simeón de Bulgaria esperando pacientemente su momento político e intentando aprovecharse de una sociedad, a través de sus conflictos, bañando el proceso de un ego necesario para una opción política de corte populista. En su conjunto, nos da una visión global de como la correcta difusión de eslóganes en un momento de crisis que coincidan con un proceso electoral, en caso de conectar con las emociones del electorado, pueden rendir electoralmente sin necesidad de explicar, si quiera, como se van a lograr objetivos milagrosos, de efecto inmediato, que supuestamente van a surgir tras la toma del poder. El caso de Bulgaria en 2001 nos invita a seguir reflexionando sobre las opciones políticas surgidas en coyunturas actuales que, aunque se trate de una crisis diferente, pueden conjugarse los hechos de diferentes maneras para que vuelvan a surgir opciones políticas de este corte, sin saber muy bien cuales son los intereses finales.
Bibliografía
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