ECUADOR ELECTORAL: Un año desde la campaña de 2021, un año para la campaña de 2023

Ha pasado un año desde que la Comunidad de Madrid convocara elecciones anticipadas y apenas queda otro para volver a las urnas y decidir quién gobernará la Comunidad de Madrid.

Pero en política un año es toda una vida. Repasamos dónde están y hacia dónde se dirigen los partidos políticos de la Asamblea de Madrid.

PP: Guerra interna y viraje hacia la ultraderecha

Tras una victoria electoral sin programa pero con líneas tan explícitas como “Comunismo o Libertad” Díaz Ayuso cambió al extinto Ciudadanos por Vox como fuerza de apoyo a su gobierno, más cercano a las políticas de derechas que el PP llevaba trabajando desde la dimisión de Cifuentes por el escándalo del robo de cremas. 

Este año de gobierno con el empuje de la extrema derecha ha radicalizado la posición del PP respecto al colectivo LGTBI+, el feminismo, la sanidad y educación públicas o las políticas sociales. Cuestiones de fondo muchas veces eclipsadas por los escándalos. Empezando por el nombramiento de Toni Cantó con un puesto creado específicamente para él en la Oficina del Español, la destitución de la Directora General de Deportes, Coral Bistuer, o el favoritismo a Nacho Cano a la hora de concederle la medalla del 2 de mayo o un terreno para su proyecto cultural.

Por si no fuera suficiente, la guerra interna ha atravesado al PP en las últimas semanas. Las tiranteces por la forma y fecha en la que se desarrollará el Congreso Nacional del Partido Popular -que se espera que condicionen los resultados del mismo-, han conducido a una pugna pública que se ha saldado con la dimisión de Pablo Casado

El combate comenzó cuando saltó la noticia de que Díaz Ayuso había sido espiada por el propio PP, un caso que acabó derivando en la publicación de un contrato de mascarillas por la vía de emergencia por el que su hermano se acabó llevando una comisión de 283.000€ en lo peor de la pandemia de COVID.

Tras una semana de amenazas cruzadas el armisticio se firmó con la dimisión de Casado como Presidente del PP, la renuncia de Díaz Ayuso de presentarse al vacante puesto de líder estatal y la candidatura de Feijoo como figura de consenso entre vencedores y vencidos.

El daño queda hecho y, aunque el Congreso aún no ha llegado, ya se han aireado secretos suficientes como para que la oposición en el Ayuntamiento de Madrid y en la Asamblea hayan pedido comisiones de investigación y denunciado el caso en la Fiscalía Anticorrupción. El reto de Díaz Ayuso de cara a 2023 empieza por sobrevivir a la interna de su propio partido.

Más Madrid: La nueva oposición y avance progresista

Más Madrid se convirtió tras la cita electoral autonómica de 2021 en el segundo partido más votado y la primera fuerza de la oposición siendo, además, el único grupo de la izquierda en no cambiar su portavocía -con Mónica García- ni lista de candidatos.

Desde entonces su línea de trabajo política ha estado centrada en la política cotidiana en la que se basó su campaña electoral: mejora de los servicios de salud mental, gratuidad de los productos de higiene menstrual, inclusión de la salud bucodental en la pública, reindustrialización verde del sur de Madrid… Y, por otra parte, construir una alternativa al gobierno del PP abrazando los ataques con los que intenta caricaturizarlos la derecha como “horizontes políticos deseables y posibles” -como con la propuesta de regular el cannabis-.

A diferencia de los partidos de izquierdas cuyos pares conforman el gobierno estatal , Más Madrid está desarrollando políticas de avance -y no de resistencia- en su labor parlamentaria. Su reto para 2023, la implantación territorial de un partido que apenas cuenta con 2 años de vida, avanza poco a poco con la ruta de Mónica García por distintos municipios de la Comunidad de Madrid.

PSOE: Escudero del gobierno estatal busca hueco en la oposición regional

El PSOE perdió su puesto como líder de la oposición en la Asamblea de Madrid con su peor resultado histórico y tan sólo 24 diputados. Tras una campaña tensionada por una dirección externa impuesta al partido regional desde el ámbito estatal el resultado condujo a la dimisión de Ángel Gabilondo, que terminó convirtiéndose en el Defensor del Pueblo, un puesto para el que llevaba tiempo postulándose.

Tras la marcha de quien fuera portavoz del PSOE en el parlamento regional desde 2015 llegaba Hanna Jalloul, Secretaria de Política Internacional y Cooperación al Desarrollo del PSOE y número dos en la campaña autonómica. Pero la gran apuesta del PSOE para feminizar la legislatura no tuvo largo recorrido -pese a que todos los partidos del arco parlamentario estaban encabezados por mujeres-, ya que fue reemplazada por Juan Lobato, candidato oficialista que ganó las primarias.

El Técnico de Hacienda llegó para confrontar los ataques de Díaz Ayuso al gobierno de Pedro Sánchez, con una línea de oposición parapetada en lo estatal y de “seriedad y contundencia” en sus propias palabras. Aunque al poco tiempo de encabezar el liderazgo autonómico Lobato se dio la baja por paternidad esto no le ha impedido empezar una ruta por distintos municipios de la Comunidad de Madrid. Así ha aprovechado para ser el escudero del gobierno central -visitando al sector ganadero tras la controversia por el consumo de carne o las residencias de mayores-, y para dejarse ver junto a los alcaldes socialistas de la región. Eso sí, evitando aquellos lugares donde se han producido detenciones e imputaciones, como en San Martín de Valdeiglesias o Móstoles. 

En los siguientes meses hasta la cita electoral de 2023 Lobato deberá abrirse hueco propio en la oposición al gobierno de Díaz Ayuso. Algo complicado en la medida en que tenga que seguir defendiendo los intereses del gobierno central a nivel regional y su frágil equilibrio con Podemos, socio en el gobierno de España y rival en el madrileño.

VOX: Una extrema derecha eclipsada por Ayuso

Después de una campaña con Rocío Monasterio disputando ser el látigo del comunismo con Díaz Ayuso -aceptando y ampliado su marco-, la portavoz de la formación de ultra derecha se ha visto eclipsada por la Presidenta cuyo gobierno ha apoyado.

En este último año Vox ha jugado el mismo papel que tuvo Ciudadanos en la anterior legislatura: un apoyo incondicional al gobierno del PP, excusado en una supuesta labor de control e incidencia para satisfacer a sus votantes. Lo cierto es que, más allá de las preguntas de control al gobierno de Monasterio, en las que intenta demostrar que Díaz Ayuso es poco ambiciosa o demasiado “progre”, a la hora de la verdad Vox ha mantenido su apoyo al PP aunque este no haya cumplido las promesas del pacto de investidura. 

Su labor parlamentaria se ha centrado en instaurar la agenda ultra en la región, pasando de difundir campañas de odio contra inmigrantes en la campaña a llevar a la cámara proposiciones sobre el pin parental o en contra de los derechos humanos para el colectivo LGTBI+. 

Sin embargo, las encuestas indican que Díaz Ayuso es la líder mejor valorada para los votantes de Vox algo que pone en duda el resultado que la formación puede obtener en unas nuevas elecciones ahora que la Presidenta de la Comunidad de Madrid ha eclipsado a la portavoz del partido como icono de la extrema derecha.

Podemos: Resistencia e incertidumbre

Tras la debacle electoral que dejó a la coalición de Podemos e Izquierda Unida como la formación con menos votos en lograr representación en la Asamblea de Madrid Pablo Iglesias, presentó su dimisión. Esta decisión no sólo dejó un hueco en la portavocía, sino que puso encima de la mesa el malestar con sus socios de Izquierda Unida que venían arrastrando toda la campaña. 

Este golpe emocional, tanto para la interna del partido como para su capital mediático, no había cicatrizado aún cuando Isabel Serra, número dos de Iglesias, también abandonó su cargo como portavoz parlamentaria regional (tras la condena del Tribunal Supremo por atentado contra la autoridad) para empezar a trabajar en el Ministerio de Igualdad junto a Irene Montero.

Ahora la portavocía recaía sobre Carolina Alonso, compartida ocasionalmente con Alejandra Jacinto, con un trabajo defensivo ante los ataques del PP hacia las políticas nacionales de su partido. Un arma arrojadiza que el PP utiliza indiscriminadamente tanto con Podemos como con el PSOE. 

Y es que, al igual que los socialistas, la actividad del grupo parlamentario de Podemos en la Comunidad se ha visto atravesado por las cuestiones del partido a nivel estatal: desde las polémicas declaraciones de Garzón sobre el consumo de carne, los millones destinados a políticas de igualdad a las campañas internas de desprestigio a Yolanda Díaz. 

Las pocas fuerzas parlamentarias del grupo más pequeño de la cámara tienen por delante una labor de resistencia numantina mientras las citas electorales de otras comunidades arrojan resultados que auguran un futuro preocupante e incierto para la formación.