Mañana domingo 26 de mayo la ciudadanía mostoleña se enfrenta a unas elecciones municipales importantes: en ellas está en juego, en primer lugar, revalidar el gobierno progresista o que el bloque conservador retome el poder, con el apoyo de la extrema derecha de Vox. En segundo lugar, se decide también que encabezará cada uno de los bloques: en el lado progresista, el PSOE de Noelia Posse o el Más Madrid-Ganar Móstoles de Gabriel Ortega, que va de la mano de Manuela Carmena e Iñigo Errejón para los gobiernos del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid respectivamente; en el lado conservador, el PP de Mirina Cortés o Ciudadanos, que se estrenan en competición municipal en Móstoles con la candidatura de Jose Antonio Luelmo, ex militante del PP. Podemos y Vox compiten también por obtener representación desde los márgenes izquierdo y derecho del tablero. Y orbitando alrededor de los seis partidos que se espera obtengan representación en la Asamblea de Madrid, una galaxia de papeletas y siglas diversas, con poca posibilidad de obtener representación en el Ayuntamiento, pero muchas posibilidades de quitar votos fundamentales a sus competidores más directos. Esta inflación artificial de opciones de voto, algunas con nombres que invitan claramente a la confusión, convertirá mañana cada mesa electoral de Móstoles en un juego de trileros.
La campaña en nuestra ciudad ha sido extremadamente desigual. Mientras que muchos partidos han optado por un perfil muy bajo, apostando sus resultados al tirón de la marca nacional, otros han volcando esfuerzos reales en la campaña municipal. Quizá el símbolo más claro de esto es la foto de los dos debates públicos que han tenido lugar en medios de comunicación locales, Soy de Mostoles y la SER: una foto en la que han estado ausentes PP, Ciudadanos, PSOE, Vox y sorprendentemente Podemos, mientras han comparecido a rendir cuentas de su acción en gobierno y explicar su programa Más Madrid-Ganar Móstoles y dos de las candidaturas surgidas de la implosión de Izquierda Unida en la localidad: La Izquierda Hoy y Ganemos Móstoles Ecologistas Sí se Puede. Sin duda, es preciso lamentar esta falta de respeto a la calidad democrática de las elecciones locales. Independientemente de las ventajas tácticas que cada partido haya calculado, lo que provocan estas ausencias son dudas sobre la capacidad de plantear y defender un proyecto para Móstoles, más allá de los eslóganes y los argumentarios prefabricados. Un candidato o candidata que no responde al debate público es un candidato o candidata franquicia que inspira poca confianza.

Resulta especialmente sorprendente la ausencia de Podemos no solo por las formas, dándose de baja del debate de la SER en el último momento, sino también porque su caso no es el de Ciudadanos, PSOE o Vox, que se pueden permitir vivir de las rentas nacionales. Más bien su situación es parecida a la del PP, pues no sopla a su favor una imagen nacional en auge, de la que pueda esperar una gran transferencia de voto. Al contrario: las últimas elecciones generales certificó un fuerte descenso del voto de Unidas Podemos. Pero a diferencia del PP mostoleño, Podemos Móstoles no posee ningún representante en el Ayuntamiento ni experiencia de gestión que sirva para compensar su ausencia. No hay memoria que sirva a la causa electoral de PODEMOS. Más bien su falta de presencia en los debates electorales genera sospechas sobre su capacidad para formar parte de un gobierno municipal con solvencia.
Curiosamente, la estrategia de Podemos durante el resto de la campaña ha sido diferente, y no concuerda con su actitud huidiza en los debates públicos. Si PSOE, Ciudadanos y PP han optado por una campaña conservadora, de perfil bajo, más centrados en no cometer ningún error que en ganar nuevos votantes, esperando que el empuje nacional hiciera el resto y centrando sus esfuerzos de visibilidad en una fuerte inversión en marquesinas y carteles en farolas, Podemos sí ha hecho una campaña muy activa. Han sido numerosos sus actos políticos sectoriales a pie de calle, así como la colocación de mesas informativas, tanto en estas dos semanas como en la precampaña. Han contando también con el apoyo de las visitas de pesos pesados, como la candidata autonómica Isa Serra, Rafa Mayoral o Juan Carlos Monedero. Sin embargo, ninguno de los actos de Podemos ha destacado por lograr una gran presencia de público. Al contrario: el entusiasmo generado ha sido más bien bajo, como reflejan las fotos de estos eventos.

Por el contrario, la campaña de Más-Madrid Ganar Móstoles sí ha combinado participación de simpatizantes y gran impacto público, además de revelar una estrategia diferente. Por un lado los dos actos más multitudinarios de la campaña han sido organizados por la candidatura de Gabriel Ortega: ambos coincidiendo con la visita de Iñigo Errejón a la ciudad, en el teatro de títeres de Finca Liana, el más masivo de toda la campaña, y frente al antiguo Simago en compañía de importantes figuras del sindicalismo madrileño. Por otro, Más Madrid-Ganar Móstoles, aunque ha tenido fuerte presencia en la calle con mesas informativas, bicicletadas y vehículos con música y cartelería, ha minimizado el acto político clásico, organizando eventos con un toque mucho más festivo, como el festival de cultura urbana del skate park del PAU IV, que convocó a cientos de jóvenes mostoleños. Además la ciudad de Móstoles también se ha sumado al desborde de la colocación de miles de banderolas de Manuela e Iñigo en los balcones de toda la región de Madrid tras la prohibición de la Junta Electoral Central.

Pero Más Madrid Ganar Móstoles le ha añadido a esta campaña un toque especial: un paquete de videos cortos, orientados a las redes sociales, que han apostado por el sentido del humor y la originalidad como forma de marcar diferencia política. El impacto ha sido tal que dos de estos spots han saltado a la televisión nacional, uno de ellos en múltiples programas y cadenas, convirtiendo a la “Juani” y su receta de las empanadillas en la figura revelación de la campaña. Si los resultados de Más Madrid resultan buenos, sin duda esta campaña volverá a estudiarse en las facultades de ciencia política de todo el mundo, como se estudian hoy las campañas del primer Podemos, las que eran dirigidas por Errejón y su equipo, hoy en Más Madrid. Y Móstoles habrá tenido un aporte específico.

Votemos lo que queramos, sin caer en los trucos de las candidaturas fantasma, pero votemos en masa. Que nadie falte el 26M.
Si las elecciones fueran las campañas, no sería difícil esclarecer el ganador. Pero si las campañas no se traducen en votos, no sirven de mucho. Por eso la cita del domingo 26M es fundamental. En ella Móstoles se juega dar continuidad a las políticas del gobierno progresista o incluso, tal y como apuntan las encuestas con un Más Madrid disparado en la Comunidad, ir más allá en el proceso de cambio. Pero también existe el riesgo de que la policía local mostoleña pueda quedar al mando de los ultraderechistas de Vox. Y dos realidades tan dispares van a decidirse por un puñado pequeño de votos. Votemos lo que queramos, sin caer en los trucos de las candidaturas fantasma, pero votemos en masa. Que nadie falte el 26M.