Hace más de medio siglo de la primera gran llamada de atención del ecologismo sobre los límites y la explotación del planeta. Desde entonces la sociedad europea se ha impregnado de este discurso: desde el Papa Francisco a Greta Thunberg.
Las intenciones se han plasmado en acuerdos internacionales que no han terminado de cumplirse, mientras vemos llegar las primeras consecuencias de la crisis climática. La urgencia ha puesto en pie de guerra a la sociedad frente a unos gobiernos que se encuentran ante un momento decisivo para la historia de la humanidad. Ya no vale sólo con buenas intenciones.
Ser un Estado fallido en medio del desastre climático, o una sociedad cohesionada, innovadora y justa que se adapta y lo palia: eso es lo que está en juego.
El Negocio es la negación del ocio, lo que se hacía por dinero, en la época de los romanos. La moralidad respecto al disfrute del ocio, y más si se hace negocio del ocio, siempre ha estado discutida.